domingo, 23 de enero de 2011

Galimatías: Sunday. Fucking Sunday




Rodeado de vinilos, reposando bajo la atenta mirada de una plaza concurrida en el centro de Londres, dos guitarras me observan al otro lado de la habitación.

Bostezo, me estiro e intento pensar que puñetero día de la semana es. En efecto, lo que pensaba, es Domingo.



Siempre ha habido tres clases de personas en el mundo: los que les gustan los domingos, los que no les gustan los domingos y los que escuchan el Canto del Loco.
(Que Obama se apiade de las almas de estos últimos).

Como se podrá deducir; no, a mi no me gustan los domingos.

Se podría decir que son la calma que precede a la tempestad. Ni puedes hacer algo productivo (resaca, ejem), ni nada que exceda de estar sentado frente al ordenador de manera catatónica. Sabes perfectamente que es lo que va a pasar un Domingo, como va a empezar y como va a acabar. Es un día “cerrado”, como diría Quique González.

Los domingos carecen de emoción. Lo único que puede aportar un Domingo, es un chute de melancolía que haga que reflexionen hasta los pelos del hueco poplíteo. Y no está el horno para bollos.


No sé quién inventaría los Domingos, pero…se lució.


PD: tampoco me gusta el Canto del Loco. ( es muy posible que el que inventó los Domingos, estuviera escuchando el Canto del Loco mientras creaba semejante día).

No hay comentarios:

Publicar un comentario